Estoy en el centro de mi mundo, y soy incapaz de ignorar tal cosa.

Non possumus, la objeción de conciencia de los católicos frente a los obispos

19/05/2005

El portal Atrio, de carácter católico y progresista ha impulsado un manifiesto para que lo firmen todos aquellos ciudadanos católicos que no se sientan vinculados por el llamamiento de la Conferencia Episcopal a desobedecer la nueva regulación del matrimonio. Los promotores de la iniciativa pretenden que los católicos se declaren objetores de conciencia al mandato de los obispos, puesto que se basa en «una doctrina que no se deriva de las enseñanzas del Evangelio, sino de una determinada ideología eclesiástica«, cuyos motivos son «pseudoevangélicos«, que «limita la autonomía de la vida política» y que «propone una desobediencia civil«.

El manifiesto, titulado «Non possumus, no podemos obedecerles» tiene ya más de 530 adhesiones; 530 católicos que piensan que «el matrimonio es una institución jurídica, una construcción humana, que puede y debe evolucionar para acomodarse a los nuevos modos de entender la vida social«. El Evangelio de Jesús, recuerdan los promotores del manifiesto «no propone un modo de regulación jurídica sino un principio de respeto a la dignidad e igualdad esencial de toda persona humana, dejando al Cesar lo que es del Cesar«.

Las instituciones humanas no son inmutables a juicio de los católicos de Atrio, que recuerdan que «la Jerarquía católica, durante muchos siglos, aceptó la esclavitud» y recuerdan «a los obispos, para su vergüenza, el Syllabus de Pío IX contra las libertades políticas y la prohibición a los ciudadanos italianos de participar en el nuevo estado porque había usurpado los `sagrados derechos temporales del pontífice romano´«.

Los firmantes del manifiesto se reclaman «ciudadanos y católicos, preocupados por la recta formación moral«, y defienden la separación de esferas y competencias, que «está en el origen del cristianismo y en la base de la moderna democracia y paz religiosa«; consideran el llamamiento de los obispos «irresponsable y antievangélico«, así como una «inadmisible injerencia (…) tanto si se ha formulado motu propio, como si lo ha hecho al dictado de Roma«, y concluyen haciendo suyas «las palabras que los apóstoles pronunciaron ante las autoridades religiosas de su tiempo: hay que obedecer a Dios antes que a los hombres«. Por eso, terminan, «non possumus, no podemos obedecerles«.