Yo siempre tengo razón. Sólo me equivoqué una vez: predije que me equivocaría, y no fue así.

¿Y qué importa cuántos fueran?

05/06/2005

Ya estamos como siempre. Según la delegación del Gobierno fueron 240.000 los que asistieron el sábado a la manifestación contra el Gobierno convocada por la asociación llamada de Víctimas del Terrorismo, la cual, por su parte, estima que secundaron su llamamiento 500.000 personas. El PP y Jiménez Losantos, que como es habitual van van de por libre y al unísono, y aseguran que asistió un millón de personas, entre las cuales estaban destacados intelectuales como Pío Moa y Cesar Vidal. Y digo yo ¿Qué mas da cuántos fueran, si no tienen razón?. El Parlamento ha decidido ya, y el PP es muy libre de salir a la calle de la mano de la derecha extrema a manifestar lo que quiera.

Pero no tienen razón, por varias razones, de menor a mayor importancia:

1.- La AVT no representa a todas las víctimas, por lo que no se puede calificar la manifestación del sábado como el «clamor de las víctimas», como pretenden el Partido Popular y sus medios afines.

2.- Personas que han sido víctimas de ETA o que están fuertemente amenazadas, así como otras asociaciones de víctimas del terrorismo, señalaron antes de la manifestación que no estaban de acuerdo con su convocatoria y que no iban a acudir. Ello les ha acarreado una fuerte hostilidad verbal por parte del PP y de sus medios afines. En cualquier caso, ello es una evidencia de que la manifestación del sábado no puede considerarse como el «clamor de las víctimas».

3.- Aún suponiendo que tuvieran razón Jiménez Losantos y el Partido Popular y que a la manifestación de sábado hubiera asistido un millón de personas, ello no significa nada. Otros treinta y nueve millones no asistimos. El Congreso de los Diputados ha avalado la política del Gobierno en materia de terrorismo, por lo que ya está todo dicho.

Nunca hasta la fecha había ocurrido que un presidente del Gobierno llevase este tema al Parlamento: ahora sí ha ocurrido. Sin embargo, no es la primera vez que un gobierno intenta negociar con los terroristas. ETApm dejó las armas durante un proceso negociador; posteriormente los gobiernos de Felipe González intentaron llegar a un acuerdo con ETA en Argel, y José María Aznar hizo uno de sus primeros y más sonoros ridículos cuando, sin autorización del Parlamento, como era sus costumbre, anunció la apertura de un proceso prácticamente igual que el que ha anunciado ahora el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y tuvo la desfachatez de calificar a ETA y su entorno como movimiento de liberación nacional vasco. No recuerdo yo que por aquellas fechas en que Aznar hablaba catalán en la intimidad, saliera la extrema derecha a la calle a llamarle etarra como han hecho el sábado con zETApe.