Los que no tienen ideología tienen ideología

Las otras "concesiones" a ETA

16/02/2006

Reproduzco íntegro por su interés, porque me da la gana, por fastidiar a los liberalpinochetistas y porque no he podido encontrar la versión «on-line», un artículo de Victora Lafora intitulado Las otras concesiones a ETA que me envía Felicidad Comprobará ustedes una vez más tras su lectura que nuestra amable derecha es uno de los colectivos humanos más indecentes y desprovistos de vergüenza del hemisferio norte y probablemente del hemisferio sur.

LAS OTRAS CONCESIONES A ETA. Por Victoria Lafora

Un 19 de mayo de 1999 en la ciudad de Zurich, se producía un encuentro entre el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, el secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martín Fluxá, y el asesor personal de Aznar, Pedro Arriola. Enfrente, al otro lado de la mesa, nada menos que el jefe del aparato político de la banda, mikel Antza (hoy en la cárcel), Vicente Goicoechea y Belén González Peñalva. Era el primer encuentro que el Gobierno Aznar mantenía con los terroristas y, según se supo después, los enviados de Aznar sólo estaban facultados para dialogar sobre la libertad anticipada de cuatrocientos presos de ETA a cambio de que el alto el fuego se convirtiera en renuncia permanente a la violencia.

Un mes después, en el Congreso de los Diputados, Aznar reconoció este primer encuentro, dijo que suponía la apertura de un proceso y se comprometió a seguir dando pasos para la consecución de la paz. No obstante, no quiso precisar cuáles serían los pasos que pensaba dar para lograr el fin de la violencia. No pudo ser. El 26 de agosto, la banda daba por suspendidas las negociaciones acusando al gobierno de falta de discreción.. pero Aznar no tiró la toalla y, a principios de octubre, su ejecutivo decidió que 105 presos de ETA fueran trasladados a cárceles del País Vasco, entre ellos los que quisieron asesinar al Rey en el verano de 1995.

La decisión la explicó el entonces ministro del interior, Jaime Mayor Oreja, y la justificó diciendo que el gobierno «quería la paz y sólo la paz»; que estamedida era una respuesta a ETA que llevaba quince meses sin cometer un solo atentado. Mientras el Gobierno Aznar daba todos estos pasos, el entonces jefe de la oposición Joaquín Almunia prestó todo su apoyo a estas iniciativas y no se oyó ni una voz de la dirección del PSOE acusando al PP de cesiones a los terroristas. Años después, Aznar, ya fuera del Gobierno, aseguró que jamás habías dado a nadie instrucciones de negociar. Habría que preguntarle a Zarzalejos, a Fluxá y a Pedro Arriola qué fueron a hablar a Zurich con el jefe de la banda de ETA y cómo unas personas serias y tan cercanas a Aznar se reunían con asesinos sin que lo supiera nadie.

A lo mejor así se refresca la memoria de los dirigentes del PP, y su portavoz parlamentario Eduardo Zaplana modera su lenguaje y se lo piensa dos veces antes de acusar al actual presidente Rodríguez Zapatero de dar la espalda a las víctimas y estar cerca de los terroristas.