El problema de no mancharse las manos con sangre ajena es que alguien se las manche con la nuestra.

La opción más verosímil

04/03/2007

Me lo envía don joaquín, con la siguiente y atinada nota: «Que pena que no incluya la implicación de los Servicios Secretos de Francia y Marruecos que también estaban en el ajo tal como nos dijo Jiménez Losantos en la COPE.»