En Twitter, todos somos unas ratas, pero en la calle unos somos moralmente superiores a otros.

Tengo una pregunta para usted, señor Llamazares

16/10/2007

Se podrá estar o no de acuerdo con Gaspar Llamazares, pero lo que no se puede negar, salvo de mala fe, es que dice las cosas claras, gusten o no, y que no da vueltas ante los temas espinosos. Es posible que le preocupe la imagen que da de sí mismo, como les preocupa a todos lo políticos, pero no hasta el punto de falsearla para obtener resultados. Eso ha demostrado esta noche en «Tengo una pregunta para usted». Una actitud inteligente, por otra parte, en un político que no tiene demasiadas oportunidades para explicarse en un medio de comunicación importante, salvo que se le necesite como ariete o escudo en alguna batalla ajena. Por eso, Llamazares no ha dado respuestas evasivas a los veinte ciudadanos que le han preguntado por educación, sanidad, vivienda, por los sueldos de los políticos, por los acuerdos de IU con el PNV, por las primarias para elegir candidato a la Presidencia del Gobierno, por la dictadura cubana -que, además de lo que ha dicho el líder de IU, es dictadura, y eso no lo ha dicho-, o incluso le han pedido que haga autocrítica a su propia actividad política, entre otras cosas. Y la ha hecho. Nada que ver con el cursi de Duran Lleida, que llevaba respuestas evidentemente estudiadas y preparadas por sus asesores con independencia de las preguntas, y que por no decir España, dice «conjunto español».