Estoy en el centro de mi mundo, y soy incapaz de ignorar tal cosa.

El PSOE, camino de convetirse en un partido de sacristanes y beatas

29/11/2007

Vale que cuando se gobierna un país hay que tener en cuenta que se gobierna para todos, y no sólo para los que han apoyado a tu partido político. Vale que en ocasiones no es posible cumplir el programa electoral porque es necesario buscar acuerdos para formar mayorías parlamentarias y garantizar la estabilidad del gobierno. Vale que hay que negociar y ceder en ocasiones. Pero las cesiones que está haciendo el PSOE en la elaboración de su programa electoral, según leemos en los medios, son inaceptables porque son cesiones que se producen, precisamente, en aquellos asuntos en los que ha cedido en sus cuatro últimos años de gobierno, es decir, en aquella parte del programa electoral que no ha cumplido. No se entiende, por esta razón, que se esté limando del programa electoral todo aquello que pueda molestar a la iglesia insurrecta.Si luego hay que dejar algunas cosas fuera, pues habrá que dejarlas, pero si ni siquiera van en el programa electoral, comienza la negociación en posiciones ya hipotecadas.

El PSOE, me da a mí, se está convirtiendo en un partido de beatas y sacristanes. De ahí que vuelva el falsete Bono, y que empeñen a un milagro de Nuestra Señora de Roncesvalles su proclamación como Presidente del Congreso. Porque, como muy bien le han recordado al PSOE todos los partidos que a lo largo de esta legislatura han sido en un momento u otro sus aliados, el Congreso de los Diputados no es un órgano socialista, sino una alta institución del estado. Al presidente del Congreso no lo elige el secretario general del PSOE cuando hace, a dedo, sus listas electorales, sino la institución en sesión plenaria. Es decir, también cuenta la opinión del resto de los partidos, por molesto que esto pueda llegar a ser.

En fin. Esperamos ansiosos a saber el puesto que Z tiene reservado el opusino Paco Vázquez. Que me da a mí que le va a nombrar Rey, con tratamiento de Cristianísima Majestad.