Los que no tienen ideología tienen ideología

Cena de Nochevieja: Paletilla de cerdo asada

31/12/2007

Esta noche recibo invitados. Así que vamos a preparar una paletilla de cerdo asada, según la receta de la señora suegra de mi cuñada, o lo que es lo mismo, la señora abuela de mis sobrinos, o lo que es lo mismo, la señora madre de mi cuñado. Una rica paletilla de gorrino al horno que te tenido ocasión de probar en dos ocasiones ya, aunque no ha he puesto en práctica nunca. Vamos a prepararla, si les parece a ustedes, señores amigos (y amigas) míos (y mías) , en común (pero no en comuna), e iremos actualizando esta entrada según se vayan produciendo novedades en la marcha -buena o mala, el tiempo lo dirá- del asado.

Actualizado a las 16:11 minutos del uno de enero, para dar cuenta del resultado final.

Los preparativos han de comenzar unos días antes del señalado para la ingesta del rico manjar. En mi caso, comenzaron el pasado viernes, cuando me acerqué a la carnicería a pedírle al matarife que me tuviera preparada para el día siguiente una paletilla de cochino de unos seis kilos de peso, convenientemente desprovista del hueso que unos chacineros llaman abanico y otros avión, pero que médicos y veterinarios denominan con científica precisión omóplato. Una vez en casa deben ustedes conservar la pieza convenientemente fresca, y unas 12 horas antes de meterla en el horno, la entierran en sal gorda. A mí me hicieron falta cuatro kilos de sal gorda para llevar a buen fin la sepultura de la pieza. Y de esta guisa ha de permanecer la extremidad porcina hasta que llegue el momento de meterla en el horno. Lamento no haber hecho un fotografía del salado mausoleo.
El asado necesita algo menos de una hora de horno, a 180-200 grados por cada kilo de peso de la pieza, por lo que si mi paletilla pesa seis kilos y medio, y quiero cenar de 21:30 a 22:00, es prudente meterla en el horno -que estará convenientemente caliente- sobre las tres de la tarde, cosa que ha ocurrido, sobre poco más o menos, hace unos tres cuartos de hora. Ahí les dejo un par de fotos: la que encabeza esta gastrocrónica es la paletilla, tal y como ha salido de su túmulo salino y la que está junto a estas líneas es la misma pieza ya preparada para comenzar el asado: sobre la bandeja del horno, con la parte que no tiene piel embadurnada de manteca de cerdo, y realizados unos cortes en la piel formando un dibujo de rombos y unos clavos de olor pinchados alternativamente, en los vértices de los dichos rombos.
16:15 horas: Abro, porque hay que echarle al asado un vaso de agua cada hora. Creo que está tomado color demasiado deprisa, y la cosa me sobresalta, así que decido bajar un poco la temperatura del horno. Ahí les dejo una foto, para que juzguen ustedes mismos.
17:15 horas: Abro de nuevo. La cosa va mejor. La toma de color se ha estacionado y mantiene un agradable dorado. Mantengo, por ello, el horno a 180 grados y rocío la pieza con un vaso de agua, tal como manda la receta. Pruebo por curiosidad la salsa. Está muy salada. Supongo que con los tres vasos de agua que le quedan por recibir aún. se suavizará un poco.
18:15 horas: ¡Santa madre de Dios, Virgen de las Angustias y del Pilar, Señora Patrona de nuestra Ex-Patria! Esto va tomando forma ya de asado galo. Si lo sé invito al nobel Obelix. En fín, me pondré los tirantes en su honor. He aportado un nuevo vaso de agua al asado, y la cosa va bastante bien. El color es dorado ya muy intenso. He bajado un poco más la temperatura del horno y he puesto una ranura más abajo el complejo porcino. Veremos cómo acaba esto.
19:15 horas: Abrimos de nuevo el horno a ver cómo marcha el asunto. Y la verdad es que ya es otra cosa. El color, que sigue su evolución, y la salsa, que ha empezado a adquirir consistencia. En la tele, Sandra Bullock tiene problemas con el tiempo. Va para alante y para atrás, y su marido se muere y resucita con una habilidad que ni el Salvador, oigan.
20:56 horas: Ustedes perdonen el retraso, pero me he puesto con las guarniciones, y se me ha pasado venir por aquí a contarles a ustedes. El asado, como ven, está casi. Le puse un vaso de jerez, que es lo que hay que hacer una hora antes de apagarlo, y ahí está, terminando de hacerse. En u cuarto de hora lo saco y les pongo la foto definitiva.

1 de enero de 2008, 16:00 horas: Cuando se cumplen 24 horas de la entrada de la paletilla en el horno, comparezco nuevamente ante ustedes para rendir cuentas del desenlace del asunto. Aquí, a la derecha pueden ustedes ver una foto del resultado final del asado. Tomó en mi opinión demasiado color. Quizás por culpa del jerez que le incoporé al final del asado, que debía ser algo dulce . El caso es que la paletilla tuvo un éxito considerable.
La paletilla siguió a una pantagruélica cantidad de cigalas, aportadas por mi señor cuñado (otro que tengo yo, éste del litoral gallego). En cuanto a las guarniciones, la paletilla fue servida con las que a continuación detallo:

  • Tradicional puré de patata.
  • Asadillo de pimientos rojos
  • Maiz rehogado en mantequilla.
  • Champiñones salteados.

Y, para terminar, una foto de lo que quedó anoche de la paletilla. He de decir que ahora mismo queda bastante menos, porque he dado cuenta de un buen trozo, a la hora de la comida.

Y hasta aquí hemos llegado, señores amigos míos.