¿Qué tiene el deporte que iguala a gente habitualmente normal, e incluso inteligente, con auténticos cafres?

Hillary me cae mal

05/06/2008

Yo, la verdad, es que tampoco he querido interferir en el proceso de primarias que ha vivido el Partido Demócrata. Por eso, he mantenido el discreto silencio que me caracteriza, ¿saben ustedes? Hoy, cuando parece que las cosas están ya claras, don Barack será el candidato de los demócratas y, muy probablemente, si hay suerte, el próximo presidente de los Estados Unidos, quiero hacerles saber a ustedes que Hillary Clinton ya me caía mal antes, pero que las primarias han sido demoledoras para la imagen que tengo yo en mi fuero interno -que es el padre de todos los fueros- de la exprimera dama permanentemente ofendida. Oigan, qué mal, qué esfuerzos ha hecho esta señora para caerle mal a todo el mundo, y qué prepotencia. El otro día en Puerto Rico, estos días, mientras marea la perdiz tratando de evitar su inevitable retirada, una retirada que viene dictadata por el hecho de que hace tiempo que no puede ya ganar las primarias, aunque quizás todavía, técnicamente, no las haya perdido, ha dado una imagen realmente deplorable.

A lo largo de las primarias, la momia -porque esta señora tiene últimamente un aspecto de momia berlusconiana que asusta, ¿no creen ustedes?-, nos ha mostrado su verdadera cara. Un episodio bien revelador al que en mi opinión no se prestó demasiado atención, al menos en la prensa española, lo constituyen aquellas explicaciones que dio, y por las que tuvo que pedir disculpas casi según terminó de hablar, hace unas semanas de su negativa a retirarse: Obama tiene el perfil de asesinable, como lo tenía Kennedy, como lo tenía Luther King, y a ver si iban a matarle y a ella le pillaba el dicho tránsito ya fuera de juego por haberse retirado precipitadamente, que parecía que estaba convocando al nutrido colectivo de enajenados yankis con armas para que pusiesen el punto final a las primarias estas tan molestas.

A Hillary Clinton le ha traicionado la soberbia, y lo ha hecho hasta el final. Ahora exige la vicepresidencia «por respeto a sus millones de votantes«, pero lo que está diciendo realmente es que si no es ella la candidata demócrata a la vicepresidencia, no apoyará la candidatura demócrata a la Casa Blanca, «y tengo millones de votantes«. De Barack Obama no sabemos nada en realidad, es una incógnita todo él, aunque hay razones de sobra para sospechar que no se saldrá mucho del camino que le marquen, pero de Hillary Clinton sí sabemos que forma parte del «stablishment», que forma parte de de esa minoría americana blanca que se considera legítima propietaria de la finca, y con derecho a ser la que marque el camino.

Hillary Clinton ha llevado muy mal las primarias, especialmente, desde que se ha dado cuenta de que alguien que no es nadie, se le ha impuesto a ella, que estaba llamada por el destino a ser la primera presidenta de los Estados Unidos. Vamos que le ha quitado el puesto el primer presidente negro de los Estados Unidos.

Y claro, pues se le ha quedado mala cara.