A mí, el tomate frito me gusta muy dulce, por eso le pongo tres cucharadas soperas de azúcar por medio kilo de tomate.

Yo también firmo

26/10/2008

No me gusta demasiado la forma en que está escrito, ni la terminología que utiliza, porque puede parecer que está más cerca de un grupo que de otros. Pero no lo está, y no hay más que echar un ojo a la lista de firmantes. Por eso, después de darle muchas vueltas, he decidido firmar yo también el manifiesto APROVECHEMOS LA OPORTUNIDAD: El cambio desde la unidad y la democracia participativa.

Después de meses pensando que Izquierda unida no tenía ninguna salida posible, después de meses viendo cómo los cabecillas de las tres partes en liza estaban intentando por todos los medios llegar a acuerdos que mantuviesen un estatus quo más o menos aceptable para todos ellos, y que prolongase la agonía de IU, algunas personas, mediante sus escritos, o mediante conversaciones personales consiguieron convencerme de que había una salida: la insumisión. Sin abandonar nuestras posiciones políticas, podíamos perfectamente intentar una mínima unidad de acción que rechazase el acuerdo cupular, y que posibilitase el debate y el inicio de un proceso verdadero de refundación que incluyese la renovación de los censos y de los órganos de dirección, así como la quema de los brazos de madera, y todo ello sin abandonar la acción política, tan necesaria en tiempos de crisis.

Y eso es lo que pido a los delegados que me van a representar en las asambleas regional y federal: que no sean brazos de madera, que no abandonen sus posiciones políticas, pero que no acepten componendas, porque lo que nos estamos jugando es la existencia de Izquierda Unida, una fuerza política que en sus peores momentos conserva un millón de votos y que es la única que plantea políticas alternativas, pero posibles, a las del PP y del PSOE. A estas alturas sé que no es posible ninguna solución, ninguna salida a la asamblea que no pase por una tregua que nos permita iniciar un verdadero proceso de refundación, como sé que no nos podemos plantear ninguna solución que suponga la escisión de un 20, un 30 ó un 40 por ciento de la militancia, aunque a algunos, en todas las sensibilidades, les tienten ese tipo de salidas suicidas.

Por estas razones, yo también firmo.