Bueno, antes o después volveremos a intentar romper España, y con más brío, si cabe…

¿#vistalegre, una fiesta privada?

10/05/2009

Se ha desatado hoy un debate interesante en Twitter. Amigos tuiteros socialistas han tuiteado sobre el acto pre-electoral que ha celebrado el PSOE esta mañana en Vista Alegre, usando la etiqueta #vistalegre. Cuando me he sentado en el ordenador, me he encontrado con que mi twitter era prácticamente monotemático: casi todas las entradas incluían la etiqueta. Así que me he decidido a participar. ¿Por qué no? El PSOE celebraba una acto político en el que explicaban sus ideas, alternativas y posiciones sobre diferentes temas, la mayor parte en relación a las elecciones europeas. Y yo, que discrepo de muchas de las cosas que plantean, me he puesto a responder y a debatir con ellos. Y como yo, han hecho otros tuiteros más o menos cercanos a IU.

Parece que a muchos no les ha gustado en absoluto, porque llevan buena parte de la tarde  discutiendo acerca de si está bien lo que hemos hecho. Incluso nos han llamado «trolls» y «tocahuevos«. Es cierto que otros no. Pero ¿qué hemos hecho en realidad? Nada malo, que yo sepa, salvo aprovechar las posibilidades que nos da internet para participar el debate político. Twitter es un espacio abierto, es una plaza pública en la que cuando alguien dice algo, sabe que cualquier otro puede responderle. Ya está, ni más ni menos.

Siempre digo que hay que teorizar poco y hacer más. Quizás algunos deben dejar de sentarse en mesas con altillo a decir palabros en inglés terminadas en ing, y apoyados por artísticos powerpoints sobre la red y sobre las oportunidades que nos proporcionan las TICs, y ponerse a pensar que lo que estamos haciendo hoy es política, e igual que la que hacían nuestros antepasados. Antes, había que ir con pancartas a reprocharle a Felipe González el «de entrada no…«, y la policía nos hostiaba a base de bien en el Palacio de los Deportes. Ahora, basta con twittear desde casa, para recordar al personal que el PSOE votó en el Parlamento Europeo la Directiva de la vergüenza, entre otras cosas. Y es mucho mejor que antes, porque -dejando de lado que, de momento, la poli no puede entrar a casa a hostiarte- pones al otro en la necesidad de responder. Es decir, suscitas el debate. Los mítines ya no son monólogos, sino diálogos multidireccionales. Y eso es lo que a muchos les mola explicar en inglés -e incluso exigírselo a los demás desde el patio de butacas con airadosmovimientos de manos-, pero lo de practicarlo ya, pues no, claro, porque saben que pueden quedar mal.

Es el riesgo que tienen la política e internet, que no son fiestas privadas.