La porterita es una fresca, me parece a mí…

La pinza taurina

18/12/2009

La razón y la civilización entran de nuevo en la península, y como no podía ser de otra manera, por el Mediterráneo, y concretamente por Cataluña, esa nación que no existe, como las demás, pero que a mí me cae tan simpática. Y ahora más. Cientoylalechemil ciudadanos y ciudadanas catalanes han presentado una Iniciativa Legislativa Popular para que el Parlament -en el ejercicio de sus competencias, según ha reconocido la vicepresidenta- prohíba la barbarie esa de las corridas de toros, y extrañamente, los dos partidos mayoritarios del legislativo -PSC y CiU- han dado libertad de voto a sus diputados. Cataluña es una nación superior, o no, pero estas cosas sólo suceden en Cataluña, que es una nación superior, o no. Ya me gustaría ver que ante un tema tan transversal como éste, o como el del aborto, por ejemplo, los partidos españoles diesen a sus legisladores libertad de voto, y además permitiesen el voto secreto. Como también me gustaría que este tema llegase al Congreso de los Diputados, y además, por la misma vía la de la ILP, cosa que no va a ocurrir, porque ya se han puesto los tramontanos a hablar de las tradiciones y las esencias de España, y tal, y a utilizar a las instituciones para alimentar su inquina anticatalana con el asunto éste de lo toros, en el que los catalanes, como en otras cosas, están dándonos tantas lecciones. Que me lío, y luego viene España a a darme mi merecido. Lo que quería decirles es que me ha llamado mucho la atención la pinza taurina que se han montado ese patriota invicto que es Javier Arenas, diciendo que los toros son manifestación de nuestra libertad, porque a los toros nadie va obligado -salvo los seis toros, seis, que cada tarde son torturados en el coso, se entiende- y esa extraña y ambivalente señora que es la vicepresidenta De la Vega, cuando asegura que este tema no está en la agenda del gobierno -hasta que se lo ponga alguien claro, que a veces parece que están en el Gobierno a verlas venir-, pero que en cualquier caso, a ella no le gusta demasiado eso de prohibir -salvo partidos políticos, entiéndase bien-.

Que se nos ha hecho hippy, la viepresidenta.