Pasaron ya aquellos tiempos en los cuales, para que a uno de le enterraran con un mínimo de dignidad tenía que ser emperador del Alto y del Bajo Egipto.

Es preciso restaurar la unidad de España

12/03/2010

Artículo 2.

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Artículo 8.

1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Constitución Española

La verdad es que la voluntad de Esperanza Aguirre de que la Comunidad de Madrid financie servicios públicos de calidad, está ya más que clara: no quiere financiarlos, y de hecho, está tomando todas las medidas que tiene a su disposición para acabar con ellos y entregar su prestación a la rapiña propia del negocio privado. La Comunidad de Madrid, como aparato administrativo, sólo le sirve a Esperanza Aguirre y al PP para lo unico que siempre la ha necesitado y querido: como una eficaz herramienta para materializar su curiosa versión del reparto de la riqueza desde la propia reformulación de su enunciado, «repartámonos la riqueza», y  que consiste en repartir el dinero que es de todos, es decir, el procedente de los pocos impuestos que van quedando y de las transferencias estatales, a sus amigotes, socios y parientes a través de contratos millonarios amañados, como nos revela lo que vamos sabiendo de la trama Gürtel.

Sin embargo, la actitud del PP y de Esperanza Aguirre en Madrid empieza a suponer un importante agravio comparativo entre los ciudadnos de Madrid y los del resto de España, que -más que menos- sí tienen garantizados los servicios públicos. En Madrid, los médicos no dan abasto para atender a lo  pacientes, las listas de espera son interminables yciudades de 70.000 habitantes y de población mayoritariamente joven tienen uno o dos ginecólogos. Los nuevos hospitales públicos parecen hangares donde aparcar enfermos, sin apenas personal sanitario, y dotados con empleados hiperexplotados procedentes de empresas de trabajo temporal de oscura propiedad. Se niega a los enfermos terminales los medicamentos que les pueden aliviar. Se entregan miles de millones de pesetas a los colegios de curas y monjas para que adoctrinen a nuestros jóvenes, mientras que la mayor parte de los institutos y colegios públicos deben sobrevivir sin calefacción, o no pueden usar las fotocopiadoras, como ocurre en uno que yo conozco, porque no tienen presupuesto para folios, y cada profesor pone los folios que necesita, pero nadie pone los que se usan en las fotocopiadoras. Es una anécdota, pero es reveladora.

Los ciudadanos madrileños tenemos menos derechos que los catalanes, los andaluces, los extremeños, los vascos, pero diría aún que incluso que los gallegos, los castellanos y leoneses o los riojanos. Si a ello sumamos que en Madrid no se aplica la ley antitabaco, que los planes -mejores o peores- de modernización de la escuela planteados no van a llegar a nuestros escolares, que la Ley de Dependencia para los madrileños es un lujo de los que viven allende nuestras fronteras, y que ahora la Presidenta ha dicho que va a renunciar a lo que le corresponda a la Comunidad de Madrid -no a ella, ni al PP, sino a la Comunidad de Madrid es decir, a la ciudadanía madrileña, para financiar sus servicios públicos- de la subida del IVA, nos encontramos en una situación en la que yo mismo, que soy poco amigo de ello, voy a empezar a guardar cócteles molotov bajo la cama, para ir una noche a quemar el despacho de la Presidenta en la Puerta del Sol. Y si en el camino me cruzo connuna iglesia o un colegio de monjas, pues que se considere un daño colateral…

Resulta que yo voy a pagar esos dos puntos más del IVA, como todo quisque, pero los megamultimillonarios de la región no van a pagar el impuesto del Patrimonio, y encima la Presidenta, en mi nombre, y sin que yo le haya autorizado para ello, va a renunciar a que la Comunidad ingrese la parte que le corresponde de esos dos puntos en el reparto del IVA. Si eso no es romper la unidad de España, que venga Dios y lo vea, pero que no pase cerca de mí, que le quemo. La política de Esperanza Aguirre provoca que los madrileños tengamos menos derechos que el resto de los españoles, la política de Esperanza Aguirre rompe la igualdad. Esperanza Aguirre rompe España.

Por eso, desde esta humilde, pero magnídica tribuna que es mi blog, pido al Gobierno de la Nación que restaure la Unidad de España: que intervenga ya en la Comunidad de Madrid, dirigida por una banda de mangantes y trileros no «presuntos», que es jamón en la bella lengua lusa, sino chorizos, que llevan años saqueando las arcas públicas, que se hicieron con el control de la comunidad gracias a un golpe de estado inmobiliario que compró literalmente a dos diputados socialistas para que impidieran la investidura del gobierno que se iba a formar como resultado de las últimas elecciones autonómicas democráticas celebradas en Madrid…

El gobierno autonómico de Esperanza Aguirre, por decirlo de manera breve y concisa, ha convertido a Madrid, de hecho, en una especie de país independiente en el que no se garantiza la igualdad de derechos y oportunidades. El PP y Esperanza aguirre, con su comportamiento ultranacionalista ha roto la unidad de España, garantizada por el artículo 2 de la Constitución. Y yo quiero volver a ser español, por ello solicito que el garante de la unidad indivisible de la nación española, que es el Ejército, intervenga, y restaure la integridad de los derechos y libertades en Madrid, ponga a buen recaudo a la lider sediciosa y a sus secuaces, y pasados tres días, los fusile, como mandan los cánones, aunque sin asistencia religiosa, para que se jodan más, si cabe, en las tapias de la Almudena o de San Isidro.

Así, nos ahorramos el transporte fúnebre y le pagamos unos folios a algún institudto de la región.