Estoy por transustanciarme en troll pepero para liberar tensiones.

Sobre la raíz de ciertos conflictos

02/05/2010

Pues resulta que hay gente que se cree por encima del bien y del mal, y debe ser porque es lo que les enseñaron en la Escuela Lenin de Pioneros. Y alguna de esas personas han decidido acosarme por correo electrónico. Treinta y dos correos he recibido -en un email que no conoce prácticamente nadie y que uso sólo para recibir listas de correo- en apenas dos horas y media, en los que, entre otras cosas, se me llama fascista y se me insulta por algo en lo que no he tenido relación,  como es la imaginaria expulsión de comunistas de IU Asturias e IU Salamanca. Se trata de esos conflictos locales que hay en algunas comunidades y provincias entre el PCE e IU donde el PCE acusa a la dirección de IU de expulsar a militantes comunistas por ser comunistas. Como 32 correos electrónicos en dos horas y media es una señal clara de que hay interés por saber, pues en lugar de contestar a cada uno de los correos recibidos, lo que voy a hacer es explicar aquí muy simplemente, qué es lo que ocurre, y si es real que se ha expulsado a alguien o no de IU por ser comunista.

Verán: resulta que Izquierda Unida decidió hace mucho tiempo, creo que al principio de la época de Anguita, que para pertenecer a la formación, es decir, para particitar en las decisiones y asambleas, para votar y ser votado, para militar, en definitiva, hacía falta afiliarse directamente a Izquierda Unida. Es decir, no bastaba con estar afiliado al PCE, o a cualquiera de los otros partidos que por aquel entonces había en IU (IR y PASOC): había que formalizar la inscripción en IU. El PCE tuvo que aceptarlo, claro, pero a mucha gente del PCE, no le gustó nada que se les cuestionara de esa manera el sagrado papel de vanguardia del proletariado que la historia les había asignado.

¿Qué ocurrió en realidad? Pues que la mayor parte de la gente se afilió a IU, pero en muchos lugares, estoy no ocurrió, y como eran las mismas personas, pues se iban apañando con la sola afiliación al PCE, que les valía -ilegítimamene- como afiliación a IU. Las cosas fueron bien, mientras no había afiliados a IU que no pertenecieran al PCE, pero cuando empezó a haberlos, comenzaron los problemas, poque no existían censos de IU, ya que los camaradas no se habían afiliado a IU, pero aún así, exigían un derecho que no tenían, como era el de participar en la vida de IU.

En algunos casos, el conflictose enconó tanto que las direcciones de IU decidieron no convocar a las asambleas a aquellos militantes del PCE que no se hubieran afiliado a IU. Natural, no se les convocaba, porque no eran miembros de IU, pero estos militantes de PCE empezaron a decir que  habían sido expulsados, y sorprendentemente, la dirección federal del PCE, en lugar de quitarles la razón porque no la tenían, se la dio al no expedientarles por alterar de esa manera la vida de Izquierda Unida. Y así llegaron a los tribunales casos como los de Salamanca y Asturias, ya ven ustedes, en los que los camaradas del PCE creen que por el sólo hecho de ser camaradas, son miembros de IU.

Luego, se complicaron mucho las cosas con respuestas y contrarrespuestas, y actuaciones judiciales de todo tipo, pero lo que hay detrás de todo ello es el intento de gente ajena a IU de controlar la formación, eso sí, con el apoyo de la dirección federal del PCE, que nunca les ha desautorizado.

Por eso yo, cuando alguien dice que no sobra nadie en IU, asiento con la parte exterior de la cabeza, mientras que con la interior me digo a mí mismo: «sí sobran, sobran muchos«.