¡Ya es mañana, ya es mañana!

Ayer Cataluña, hoy Madrid

29/07/2010

Supongo que ya sabrán ustedes a estas alturas que Cataluña, esa nación de desleales disolventes, se vengó ayer de la victoria de la gloriosa selección nacional de futbol en el mundial de Sudáfrica prohibiendo los toros, según nos ha informado esa mina de sabiduría patriótica que es el dirigente franquista Jaime Mayor Oreja. Ya ve usted, don Mitxel, que como dice mi amigo vasco Xabier Atauri, se puede ser vasco e indeseable, pero no quiero desviarme, vayamos al grano. El caso es que el pueblo madrileño, al parecer tan desleal e independiente como el catalán,  se dispone a mandar a sus legisladores una iniciativa legislativa popular que lleva la misma línea que la aprobada ayer en Cataluña, prohibir esa salvajada que tan bien representa a esa España casposa que algunos -ahí tienen razón los fachas- queremos destruir.

Se ha encargado de canalizar la voluntad del pueblo madrileño de prohibir aquí también la fiesta nacional la asociación El Refugio, que a través de la campaña Dos Orejas, ha recogido 51.609 firmas entre la ciudadanía madrileña para abolir las corridas de toros, y que ya han sido admitidas a trámite por la Asamblea de madrid como avales para la Iniciativa Legislativa Popular que comienza ahora un periplo de tramitación parlamentaria que debería acabar como en Cataluña.

Noserá así, probablemente. Y lo lo será porque el PP madrileño representa lo más casposo y lo más rancio de la derecha española, y porque PSM e IUCM representan lo más bobo de la izquierda española, que tan debilitada está por la criptonita madrileña, y no son capaces de articular una sola iniciativa exitosa que aparte a Esperanza Aguirre del Gobierno.

Me preocupa especialmente la actitud que ante esta ILP vaya a tomar el grupo parlamentario de IU, ya que sé que hay tentaciones de dar libertad de voto a sus integrantes, para que aquellos que no queiren votar la prohibición no tengan que hacerlo. IU, si es una organización  política de izquierdas y defiende valores ambientales, no tiene más remedio que apoyar la desaparición de los festejos taurinos, y eso es lo que deben votar sus representantes cuando se les presente la ocasión, sin disfraces, medias tintas, pretextos, ni libertad de voto alguna.

Veremos, pues, qué pasa.