¡He visto la luz!

ETA y Batasuna

11/01/2011

¿Ssaben ustedes quiénes son los que conceden a ETA un papel de carácter político importante? Los periodistas, políticos y contertulios que están estos días diciendo cosas y haciendo interpretaciones políticas del comunicado de ayer de ETA, de Rubalcaba para abajo, pasando por don Mitxel, y todos los discutidores bizantinos que pueblan esta mañana las emisoras de radio y llenaron ayer con sesenta y ocho comentarios (y los que quedan) la entrada anterior de este mismo blog.

Yo creo que lo que diga ETA no tiene demasiada importancia, salvo que lo que dijera fuera: «Somos ETA, creemos que no tiene sentido continuar nuestra lucha, aquí están nuestros arsenales, dígannos, por favor, lo que tenemos que hacer«. Y luego, pues ya levantan el puño o no lo levantan, eso como quieran. Cualquier otro comunicado -como el de ayer- nos puede dar una idea más o menos clara de lo que pasa por sus cabezas, y por lo tanto de cuales son las circunstancias en que se desenvuelven, pero poco más.

Sin embargo, ayer hubo una novedad importante, en mi opinión, y en opinión de algunos periodistas y analistas a los que ciertos políticos maleducados y miserables han pretendido colocar en el entramado etarra: aunque veníamos suponiéndolo, y los acontecimientos que se producían apuntaban en esa línea, el comunicado de ayer -y toda la resistencia previa que parece haberse producido por parte de ETA- pone de manifiesto una cosa: ya no es la organización «militar» la que manda en el entramado socio-político que Aznar llamó Movimiento de Liberación Nacional Vasco antes de ponerse a soltar etarras y acerarlos a las cárceles vascas. Parece claro que el comunicado de ayer responde a un clamor en la parte política del movimiento que se ha manifestado claramente en varias ocasiones, entre ellas cuando sus responsables -Rufino Etxebarría, Arnaldo Otegi y otros- se han desmarcado clara y contundentemente de la violencia, proque no otra cosa es decir que no se consider la violencia, ni la amenaza de su uso, como una forma de lucha legítima.

Instalarse en que no son esas las palabras que tienen que decir, que además de decir palabras tienen que hacer actos de contricción y arrepentirse sinceramente del daño causado es tan absurdo como pretender que Mayor Oreja reconozca que no todas las familias vívían tranquilamente durante la dictadura. El comunicado de ETA de ayer certifica certifica en cualquier caso que ETA lleva un camino -que probablemente conduzca a su disolución, cosa de la que probablemente son ya conscientes- y Batasuna otro, que esperemos que le conduzca más pronto que tarde a la participación política. No digo que a las instituciones democráticas, porque en España no las tenemos.

Es preciso, en mi opinión, distinguir dos cosas: la actividad criminal de ETA -que seguirá o no, que tendrá sus altibajos y que parece estar en declive definitivo- y la actividad política de Batasuna, cuya legalidad, en mi opinión nunca debía haber sido interrumpida. Es urgente devolver a Batasuna a la legalidad, no en respuesta al comunicado de ETA, sino porque nunca debía haberse puesto fuera de la Ley, como he dicho en otras ocasiones.

Por otra parte, me parece ciertamente penoso el espectáculo que están dando ciertos políticos, en especial los del PP y Cayo Lara -que ha calificado de «artimaña» un comunicado que, si no fuera de momento el colofón de casi 1000 asesinatos, de lo que debería ser calificado es de cómico-, y muy revelador de lo que necesitan a ETA para su propia supervivencia: no importa nada de lo que dice ETA en el comunicado, ni merece la pena discutir sobre quién va a verificar nada, ni sobre lo que significa definitivo o general. Discutir sobre todo eso es aceptar el debate que ETA propone, y Batasuna ya ha dejado claro que ese no es su debate, que su debate ahora es participar en el proceso político, y que la violencia no está entre los recursos con que cuentan para ello.