Oiga, no sea descreído. Es propio de gente de poca fe…

Nosotras

13/09/2012

Me gusta escribir con corrección. O al menos intentarlo, porque entre mi ignorancia, que es infinita, y el sistema de escritura inteligente de mis dispositivos -que es mas tonto que un parado del PP- a veces le mete uno unas patadas al idioma que le dejan temblando. Y luego está lo de la corrección política con el tema del género, que si no se anda uno con cuidado, acaba siendo muy correcto políticamente, pero un autentico petardo y además, pues habla mal, para qué vamos a engañarnos.

Sin embargo -y ahora sé de alguien que me llamará ñoño- hay una cosa cierta, y no voy a entrar a analizar las causas, porque soy incapaz, pero sí puedo reconocer el hecho: el idioma tiende a invisibilizar a las mujeres en un mundo que es cada vez más femenino. Y esto es algo con lo que -al menos a mi me pasa- según te haces consciente, te sientes incómodo. Ayer tuve una reunión de trabajo con cinco personas. Todas eran mujeres. Antes había leído un interesante debate político en un foro de internet -en otro post les hablaré de ello- y la moderadora respondía sistemáticamente empleando el plural femenino como plural general.

Un cafre protestó diciendo que se sentía excluido, y la moderadora le respondió muy bien respondido: si te sientes excluid -le vino a decir- te fastidias: «Nosotras llevamos excluidas siglos del idioma, así que ahora haces un pequeño esfuerzo para entender que cuando decimos nosotras nos estamos refiriendo a todo el mundo: lee, si quieres ‘nosotras, las personas…’«. Me pareció un argumento estupendo.

Como dije al principio, me gusta utilizar el lenguaje con corrección, aunque también creo que el lenguaje está vivo, y por lo tanto evoluciona. No uso las x, ni las arrobas, no feminizo los plurales neutros -«clientes», por ejemplo-, aunque suelo buscar generales femeninos -personas, infancia, concurrencia…-. Utilizar «nosotras» en plural, aunque el que hable sea un hombre, me parece una forma estupenda de visibilizar la pluralidad -que es un valor, aunque sea ñoño para algunas (personas)- y de usar correctamente el idioma, además de llamar la atención sobre este hecho.

Ejemplo: «Nosotras decidimos querellarnos contra Cristina Cifuentes por petarda«, aunque fueran hombres y mujeres los que lo decidieron, porque en realidad es «Nosotras (las personas reunidas) decidimos…«.

Lo que queda dicho para general conocimiento de todas (las personas).