Con Breznev, todo esto no hubiera pasado.

¿Por qué mi voto vale cinco veces menos menos que el de un señor de Soria?

19/02/2008

Con 90.954 habitantes según el censo de 2004, Soria tiene tres representantes en el Congreso de los Diputados. Madrid tiene 5.718.942 habitantes y 35 representantes en el congreso, Barcelona 5.052.666 habitantes y 31 diputados. Cada uno de los tres legisladores sorianos representa a 30.218 ciudadanos, mientras cada parlamentario madrileño tiene sobre sus hombros la responsabilidad de representar a 163.398 conciudadanos. En Barcelona esta cifra asciende a 162.989 personas. El sistema electoral español es muy injusto. No solo porque el voto a unas candidaturas políticas vale más que el voto a otras, sino porque el lugar de residencia de los ciudadanos marca también el valor de su voto. Quienes viven en las zonas rurales, en las zonas más despobladas, en las que las posiciones conservadoras están más implantadas y en las que el caciquismo está más presente y tiene más poder, tienen un voto que puede valer hasta cinco veces el de quienes vivimos en las zonas urbanas. Ello, por no hablar de lo que ha destacado hoy don Rafael García Almazán: las correcciones en la distribución de escaños que se hacen en cada convocatoria electoral en función de los cambios demográficos crean injustas paradojas como la pérdida de un escaño en Asturias o en Vizcaya, para que los ganen Alicante y Huelva, dos provincias cuya población ha crecido gracias a la llegada de inmigrantes que, curiosamente, no pueden votar. «Un ciudadano un voto», lema de cabecera de cualquier democracia que se precie, es en España sencillamente mentira.