Pasaron ya aquellos tiempos en los cuales, para que a uno de le enterraran con un mínimo de dignidad tenía que ser emperador del Alto y del Bajo Egipto.

Jiménez Losantos acusa al Rey de participar en un golpe de estado

02/10/2005

¿Pero es que nadie va a tomar medidas contra este sujeto de una vez? ¿Tanto atemorizan sus soflamas matinales que nadie se atreve a querellarse contra él?. Si esta humilde bitácora, u otra publicación cualquiera que no fuese la histeria digital, incluyese en sus páginas un artículo en el que se acusa al Rey de golpismo, el estado actuaría contra él de oficio. Federico puede, por lo visto, hacer lo que le venga en gana.

Se ha pasado meses diciendo impunemente por las ondas de la Iglesia Católica -¡que indignidad!- que la policía, la Guardia Civil, el PSOE y el Rey de Marruecos organizaron los atentados del 11-M para desplazar a Aznar del Gobierno y para colocar a Zapatero en su lugar. Nadie ha hecho nada. Ni una sola querella. Y este espectáculo se repite cada mañana en la COPE. Dicen que algunos dirigentes socialistas estuvieron valorando la presentación de la querella, pero que finalmente lo paró el propio Zapatero, con el argumento de que se autoproclamaría como un mártir de la libertad de expresión. Ya vale.

Ahora Losantos se descuelga con un artículo según el cual la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía por parte del Parlamento de Cataluña es nada menos que un golpe de estado apoyado por el Rey:

Este Golpe de Estado, como el de Primo en 1923 que liquidó el régimen de la monarquía constitucional ideado por Cánovas, nace también en Barcelona y a la sombra de las grandes empresas y fortunas catalanas, que fueron a despedir al general golpista a la Estación camino de Madrid y que, en esta ocasión han pedido públicamente la aprobación de este Estatuto anticonstitucional y antinacional del que pueden sentirse orgullosos. Este Golpe de Estado cuenta también, como el de entonces, con el respaldo del Rey, al que los socialistas echaron luego la culpa de la implantación de un régimen dictatorial del que ellos mismos se apresuraron a formar parte. Largo Caballero y Prieto, que colaboraron con la dictadura de Primo de Rivera, el primero nada menos que como Secretario de Estado de Trabajo, fueron los mismos que condenaron al exilio y luego a la ignominia a Alfonso XIII y los mismos que en 1934 perpetraron junto a ERC el Golpe de Estado que, de hecho, dio origen a la guerra civil. La Historia tampoco enseña nada a las dinastías.

Y por si hay alguna duda, remata:

Este Golpe de Estado, insistimos, no es el primero perpetrado por el PSOE y ERC. No es tampoco el primero amparado por un Rey de España. Pero puede ser el último y definitivo. Depende de esa nación a traición disuelta. O, al menos, de esa media nación que, como en 1934, 1936 y 1976, no se resigna a morir.

¿No es hora de tomar medidas? ¿No es hora de intentar evitar que este sujeto cometa cada mañana un delito a través de los micrófonos que pone a disposición de su odio y de su inquina la Iglesia Católica?