En Twitter, todos somos unas ratas, pero en la calle unos somos moralmente superiores a otros.

El lehendakari es un hipócrita

09/10/2007

Esta mañana, los terroristas de ETA han hecho estallar una bomba lapa en el coche del escolta de un concejal de Galdákano. No le han matado, pero está herido con graves quemaduras en la cara y en otras partes de su cuerpo. El Lehendakari, Juan José Ibarretxe se ha apresurado a decir que ETA «ha traspasado la raya hacia ninguna parte» -¡qué solemne tontería!-, pero que estemos tranquilos, que la banda terrorista no impedirá que los vascos «hagan su camino«. Su camino.
A mí me parece, lisa y llanamente que el Lehendakari es un hipócrita. Lo de que ETA haya cruzado hoy precisamente y no cuando mataron a Miguel Angel Blanco o a Fernando Buesa, o en cualquier otro momento, la raya hacia ninguna parte tiene guasa, pero lo del camino parece realmente recochineo. ¿Qué camino es ese y en qué sentido? Porque el referendum ilegal al que ha convocado Ibarreche a los vascos y a las vascas es un referendum en el que su camino y el de ETA son el mismo camino. Y si ETA interviene -que lo ha hecho ya y lo intentará hacer en lo futuro, no tengan dudas- en el proceso de ese referendum no va a ser, precisamente, para impedir el camino que quiere emprender el Lehendakari, sino el opuesto.

El camino de ETA y el del Lehendakari son el mismo, y aunque algunos hitos -los más abruptos- no sean compartidos, lo cierto es que el Lehendakari se apoya necesariamente en ETA si mantiene la convocatoria del referendum ilegal, que en este caso, además de ilegal será antidemocrático, ya que los vascos -y las vascas- convocados a la consulta votarán sabiendo que la mitad de ellos está amenazados de muerte si mantiene sus posiciones. Hoy es un escolta, mañana es un guardia civil, pasado un concejal y al otro día alguien que acude a un acto en el que se pide el «no» en el referendum. Y votar así no es votar en libertad. Al margen de otras cosideraciones políticas, jurídicas y morales, lo cierto es que quien convoca un referendum cuya campaña va a tener lugar con la mitad de los consultados amenazados de muerte no parece otra cosa que una gran hipocresía.