Bueno, antes o después volveremos a intentar romper España, y con más brío, si cabe…

Primer avance de la cuenta de resultados de Juan Jota Güemes

26/09/2008

Más sobre economía. Y sobre salud pública pero poco. La derecha madrileña ya se sabe que es indecente, inmoral y que debía estar ilegalizada por constituir un verdadero y contrastado peligro para la democracia. El otro día, el Consepijo de Sanidad de Esparanza Aguirre, Juan Jota Güemes, yerno del afamado procer Carlos Fabra, presentó, como todo el mundo sabe, el Plan de Infraestructuras Sanitarias de la Comunidad de Madrid para el periodo 2007-2011. Algo muy interesante sin duda, porque afecta a mucha gente y a su interés más primigenio: la salud, la calidad de vida, la propia vida y la supervivencia… Lo que ocurre es que no se presentó a las asociaciones de ususarios y a las de profesionales, como era de esperar, sino a los negociantes y a los especuladores. Empresas constructoras, aseguradoras, gestoras de servicios públicos, proveedores de material sanitario, empresas tecnológicas fueron bien recibidas en este acto que se concibíó en sí mismo como negocio, ya que sólo se podía asistir previo pago de 1.200 euros y no tuvo lugar en un centro cultural, ni en el salón de actos de algún hospital público, sino en un lujoso y exclusivo hotel de Madrid: el Ritz. Allí, entre descalificaciones a los madrileños que protestaban en las puertas del hotel por lo que ya no es privatización, sino saqueo de la sanidad pública madrileña por parte de la oligarquía financiera a la que pertenecen Esperanza Aguirre y su familia, entre insultos a algún representante público que se interesó por la forma en que se iban a privatizar servicios públicos que se levantan sobre suelos cedidos por los ayuntamientos, hicieron unos y otros buenos negocios. Y el más madrugador de los negociantes, Unedisa, Unidad Editorial, la empresa editora de El Mundo Jota, que se embolsó 1.200 euros por cada uno de los asistentes, que fueron unos 300. Pues ya pueden calcular ustedes mismos este primer balance de resultados de la privatización sanitaria. Sale una propinilla de 360.000 euros jota.