Yo soy oficialista. Los críticos son ustedes, los de la dirección.

La Reina, Pilar Urbano y la industria editorial

31/10/2008

Uno tiene sus valores. Y entre los malos más malos del mundo para el que suscribe están el Opus Dei y la derecha española. La Casa Real actual no entra en mi esquema de valores en la categoría de malo, sino en la de pícaro. Los malos actúan como los buenos: unos por amor al Mal, los otros por amor al Bien. No actúan nunca por interés propio, sino animados por la extensión del valor que les guía. Los pícaros, en cambio, actúan en interés propio, y en ocasiones pueden ser aliados del bien, mientras que en otras ocasiones pueden serlo del mal. Si lo vemos desde esta perspectiva, entendemos muy bien el comportamiento de la Casa Real española, así como el de la industria editorial

Pilar Urbano, el Opus Dei y la derecha española no son pícaros, sino malos. Son agentes del mal. La derecha española nunca ha querido mucho al Rey y son los responsables de la gran cantidad de rumores que circulan sobre su persona. La izquierda ha mantenido siempre una relación mucho más sana con la monarquía: «no va con nosotros y mientras no moleste demasiado, no diremos nada, que estamos ocupados en otras cosas«, parece haber sido la máxima de la izquierda ante la monarquía. El problema es que están empezando a molestar demasiado.

Ha salido hoy al mercado el segundo libro que Pilar Urbano, la famosa periodista del Opus, ha escrito sobre la reina. En esta ocasión se trata de una serie de conversaciones entre las dos venerables damas acerca de lo divino y de lo humano, sobre España, sobre la política, sobre la propia monarquía… Y se ha levantado la polémica sobre algunas de las cosas que dice la Reina: sus opiniones sobre el matrimonio homosexual, sobre el aborto, sobre la eutanasia no parecen muy indicadas, porque son bastante sesgadas, y precisamente del ala derecha.

Y me pongo yo a pensar, y la cosa, pues no puede dejar de parecerme rara. Una cosa es el Rey, que todo el mundo sabe que es un vividor, que ha exagerado tanto la famosa campechanía borbónica que se ha convertido directamente en mala educación y prepotencia -recuerden el «¿Por qué no te callas?«- meta la pata. Lo ha hecho algunas otras veces. Pero la Reina, a pesar de que todos sospechábamos que era el soporte ideológico, la reserva conservadora de la Real Familia, pues no había metido la pata hasta ahora. Y parece raro que la haya metido en todo. No se le ha escapado una frase indiscreta, no. Lo que ha hecho la Reina es decir todo aquello que la derecha española y el Opis Dei, representantes ambos del mal en la tierra, quisieran que diga la Casa Real. Y además lo dice en un libro que firma la periodista Pilar Urbano.

A mí me parece que Pilar Urbano ha utilizado a la Reina para hacerla decir lo que la derecha, el Opus y la Iglesia quieren que diga, desde la suposición infundada de que no la iban a rectificar. Quizás hubiera un pacto tácito que al ponerse todo blanco sobre negro, no se ha respetado. Es el sueño de monseñor Rouco: la Casa Real, por boca de la reina, nada menos, avalando sus posiciones integristas.

Ahora va a ser muy sencillo averiguar cuál es la realidad. Si la Casa Real no va a actuar para evitar que el libro se siga distribuyendo tal y como está escrito, con esas supuestas inexactitudes, entonces es que el comunicado desmintiendo la literalidad de las palabras de la Reina ha sido simplemente maquillaje, y con su acción, o mejor con su inacción, permite que esas palabras supuestamente inexactas se sigan distribuyendo, y las estará avalando. Y la Casa Real habrá molestado, y esta vez mucho.

Y mientras, el libro de Pilar Urbano en todas las portadas, en todos los escaparates, en todos los grandes almacenes, y en el centro de una polémica que quizás sea buscada por todas las partes.

He dicho.