Estoy en el centro de mi mundo, y soy incapaz de ignorar tal cosa.

Mis 100 gramos de mierda, por Ana Aldea

11/11/2009

Hay que romper los compartimentos estancos. Debemos dejar de mirar nuestros ombligos, e intentar entender a los otros, a aquellos con quienes estamos llamados a colaborar para conseguir desplazar del poder a Esperanza Aguirre y poner fin a su larga y negra etapa de corrupción, clientelismo, asalto a los servicios públicos y depauperación democrática en la Comunidad de Madrid. La semana pasada Ana Aldea nos pidió a algunos compañeros de IU que tratásemos de explicar las razones de nuestra permanente crisis interna. Me ha parecido necesario preguntarles a ellos lo mismo, porque la crisis de la izquierda no es en Madrid la crisis de IU-CM, sino que es también la crisis del PSM. ¿Qué nos pasa? Les dejo con doña  Ana Aldea.

Mis 100 gramos de mierda

Por Ana Aldea

Llevo menos de 3 años en el PSM y aún miro todo con los ojos muy abiertos. Pero si me pregunto ¿que nos pasa? creo que nos pasan muchas cosas, que yo resumiría en tres:

Una; de cara a los ciudadanos no tenemos identidad. Somos el partido de la «capital» y eso aveces nos convierte en la pequeña sucursal de Ferraz. Y aunque no sea así, así creo que nos perciben los ciudadanos, como el Castilla del Real Madrid. Y puede que a veces nosotros nos sintamos así también . En Madrid la política es nacional. Y no podemos de ninguna manera separarnos de la imagen del PSOE. Creo que en Euskadi, por ejemplo, todo el mundo es capaz de separar el PSPV del PSOE. Aqui no. Lo que hace mal Zapatero nos pasa factura directa, rápidamente se carga a nuestra cuenta. Asi tenemos que cargar con nuestros errores propios (que los tenemos) y los errores del partido a nivel nacional.

La segunda son «los hombres grises«. El shock del Tamayazo y un víctimismo latente de lo que pudo haber sido. Hay muchos que siguen con «lo que pudo haber sido», los hombres grises, los del paraíso perdido.
No nos robaron las elecciones. Nosotros pusimos los ladrones. Y es culpa nuestra, de nadie más que nuestra. Así que por favor, ejército de hombres grises, basta ya de llorar por lo que pudo ser. Y vamos a arremangarnos por lo que puede ser.

La tercera, «los lugares equivocados«. Desde fuera puede parecer que el PSM es un nido de víboras. Y no lo es. Muchos se desfogan en la red, pero en los comités regionales no se oye una voz más alta que otra y yo creo que ese es un error muy grave, creo que cuando queremos que las cosas cambien es el seno interno del partido dónde debemos decirlo, porque no es verdad que no hay cauces, los hay y muchos. Pero decir las cosas ahí no te van dar tu minuto de fama, sin embargo será bastante más útil.

La última cosa que nos pasa nos pasa a los militantes es «El Partido». Sí, nos creemos que el partido es un ente en el que nosotros no estamos. Y el partido no existe, el partido somos los que lo formamos. Y parece obvio pero no lo es. Al «Partido» podemos echarle la culpa de todo, porque es más fácil eso que asumir lo que nosotros como militantes o como agrupación hacemos mal. Es cómo las cifras de muertos en carretera, que nos quedamos con las cifras y no con los muertos. Pues es lo mismo. Si todas y todos nos diesemos cuenta de que somos parte de eso a lo que críticamos seguro que no había tantas críticas, por que es más fácil echar un kilo de mierda (y perdonen la grosería) que aceptar que somos los responsables de 100gr.

Desde que yo me hice «el carné» tengo mucho más respeto por los que militan en otros partidos, aunque no comparta sus ideas. Porque yo, y muchos muchos otros, salimos del curro y le echamos horas a esto. Porque nos lo creemos. E igual se lo creen los que militan en otros partidos.

Y en este partido he encontrado muchas cosas buenas. Pero más que cosas buenas, tenemos mucha gente buena. No sólo buenos políticos, si no buenas personas.

Pero de las cosas buenas no se puede hacer leña.