La porterita es una fresca, me parece a mí…

IUCM: Velilla como síntoma

18/12/2009

Reproduzco por su interés, por lo atinado que está, porque es mucho más educado que yo, y porque me da la gana, el siguiente artículo de don Luis María González. Hala, ya ven ustedes.
IU-CM: Velilla como síntoma

La historia se repite. Los protagonistas se hacen mayores pero, esencialmente, son los mismos. Se apuntó en la última asamblea regional una posibilidad cierta de cambio, pero no fueron largas las luces que se encendieron. Entonces dijimos e hicimos lo que pensábamos. Lo que seguimos pensando. Era y es necesario abrir las puertas y ventanas de IU para que entrara aire fresco, ideas de cambio, políticas a pie de calle, estructuras renovadas, personas sin ojeras. Nos lo aconsejaba el momento por el que atravesaba IU, sus dificultades para hacer política con la gente, su huida hacia el más allá, su autismo con el más acá, y una crisis económica, social y cultural que exigía de todos cordura, firmeza y talento.

Intervinimos en la orientación de la propuesta política, comprometimos transparencia en la organización, aligeramos el equipaje y nos implicamos en el gobierno de IUCM. Con resultados desiguales, activamos nuestras áreas y secretarías, impulsamos iniciativas políticas y trabajamos como pudimos. Pero no es fácil hacer compatible lo nuevo y lo viejo. No es fácil tener que elegir entre el futuro de IU y el peso de la rutina. Esto último, parece que nos aleja de la recuperación y, sin embargo, nada más cierto que el placer de no generar expectativas. No vaya a ser que una organización más abierta nos haga más mestizos. Mejor pocos, que no habrá mucho que repartir.

Hace unos días, dos concejales de IU en Velilla de San Antonio (Madrid) firmaron con el PP una moción de censura y juntos desalojaron a una alcaldesa del PSOE. Ahora gobiernan en coalición. Podría parecer un hecho aislado. Pero, lamentablemente, los aislados somos nosotros. Alguien ha viajado al centro del disparate, activando un acuerdo –seguramente no escrito- con uno de los partidos regionales más progresistas del PP: el PP de Madrid. Todo un mensaje hacia la sociedad de izquierdas. Desconozco la gravedad de las irregularidades denunciadas por uno de nuestros concejales en Velilla y no seré yo el que defienda la gestión socialista. Es su partido el que debe hacerlo. Un partido de trayectoria errática en Madrid y de dudosa solvencia política. No obstante, no conviene despistarse. Si uno detecta irregularidades formando parte del equipo de gobierno de su ayuntamiento, las denuncia, exige que se corrijan y si no te hacen caso, abandonas el gobierno municipal y te vas a la oposición, y quien sabe si a los tribunales. Pero han preferido el esperpento, quizás tolerados por sus mentores en la dirección regional de IU. Su expulsión, como propuso el responsable de Política Institucional, Fausto Fernández –hoy ya ex responsable-, debería haberse producido en el momento que firmaron la moción de censura y entonces lo sucedido después habría que haberlo clasificado en el capítulo de “transfuguismo”, es decir, en el de la delincuencia política.

No hay resquicio para el despropósito en Madrid. Hacer política para solucionar los problemas de la gente con el PP de Esperanza Aguirre es como “declararse apóstata en nombre de Dios”. La izquierda está obligada a renovarse, no a suicidarse. El PP de Madrid figura ya en los anales de la derecha más predemocrática. Son neocon, es decir, participan del “mercado sin reglas” y de la economía al servicio de los números no de las personas. Y para que su liberalismo económico no se desmadre, echan el freno en el liberalismo social y nos excomulgan por el aborto, la homosexualidad, los derechos civiles, la inmigración, las mujeres, o el Santo Oficio.

Nadie debe confundirse. IU como cualesquiera otra formación política es celosa de su autonomía y, en el ejercicio de la misma, dialoga con quien estima oportuno. Propone y vota aquellas iniciativas que, a su juicio, hacen justicia y solidaridad. Y si la ocasión lo exige, colabora en la estabilidad de las instituciones democráticas. Lo que no debe hacer IU, en ningún caso, es presentarse en sociedad de la mano del PP para echar al PSOE de un ayuntamiento, de una comunidad, o de una institución, que se rige por el sentido del voto. Sí, sentido del voto, muchas veces transversal en la diversa y desigual avenida de la izquierda, en la que IU debería intervenir para que fuese lo menos desigual posible. ¿Quién es capaz de explicarle al electorado progresista actual, al potencial, y más concretamente, al nuestro, que hemos pactado con el PP (el de Rouco, el antiabortismo decimonónico, el de los servicios públicos devaluados, el del medio ambiente de cemento….) no sólo para echar al PSOE, sino un programa de Gobierno?

No faltará la réplica de quien acuse al PSOE de hacer lo mismo sin tener que pagar tanto peaje. Lo cierto es que en situaciones similares hemos reaccionado acusando a los socialistas de conducta inaceptable, y uno debe saber que donde las dan las toman. Y encima, sabiendo que nosotros, más que ellos, nos batimos en el escaparate de un voto más consciente, más exigente, más coherente.

Nos queda el coraje y la honestidad, algo que hoy ha demostrado Inés Sabanés en su última intervención en la Asamblea de Madrid como portavoz de IU. Sabemos que se ha recurrido a la calumnia, a la difamación, para construir miserables historias en torno a su persona. Nos veremos en el debate de IU, si es que esto es posible. Y participaremos sin estridencias, hablando claro, no cediendo al chantaje de nada ni de nadie. Defenderemos lo que defendimos, pero lo haremos donde nos toca. Alguien hizo todo lo necesario para que nuestra presencia en la dirección permanente y ejecutiva, más pareciese una coartada que una reflexión digerida con naturalidad. Y en esos órganos no se podía seguir. Mejor en las estructuras regulares de IU. Merece la pena.

Luis M. González