¡Ya es mañana, ya es mañana!

Hay que perdonar

26/02/2010

Celebro sinceramente la actitud de todo punto novedosa que estoy percibiendo estos días en la derecha española, que parece que, por fin, empieza a dar los pasos que la van a convertir en una derecha moderna, liberal y europea. Y es que parece que pasaron ya definitivamente aquellos tiempos en que los dirigentes de nuestra derecha eran abstemios, absbebios y absjodios, como nuestro invicto Caudillo, y no toleraban de ninguna de las maneras ningún vicio, ninguna cana al aire, nigún pecadillo por inocente que fuera. Asisto hoy a dos acontecimientos que revelan esta nueva actitud y que realmente me han conmovido. El primero de ellos es el perdón que el grupo parlamentario popular ha otorgado al pijo repijo ese que responde por Uriarte cuando no está borracho, y que preside las Nuevas Generaciones del PP, en el sentido más peyorativo del término.

¿Qué ha hecho el chaval? Nada, un delito sin importancia, un pecadillo de juventud -¿quién no ha provocado nunca un accidente de tráfico en cadena?-  como es conducir borracho poniendo en peligro la vida de decenas de ciudadanos con los que se cruzó por la carretera aquella noche, hasta que se chocó con uno al que no mató porque no tenía reflejos suficientes ni para eso. La dirigente antinuclearavecesynoentodaspartes Dolores de Cospedal ha realizado unas declaraciones conmovedoras en favor del perdón al borrachuzo, en el sentido más peyorativo del término.

Y la Iglesia, n el sentido más peyorativo del término, está también por el perdón. En esta ocasión, por el perdón al Rey, al que el obispo -en el sentido más peyorativo del término- portavoz de la conferencia episcopal, monteñor nosecuantos Camino, ha perdonado la vida eterna, y le ha eximido de la obligación que tienen los católicos de evitar por todos los medios a su disposición la matanza de bebés inocentes a manos de ogros-médicos fenimistas, en el sentido más peyorativo del término. Parece ser, ha dicho Camino, que los diputados que hayan votado a favor de la nueva ley del aborto, han quedado excomulgados -aunque tienen todo el año para resolver el asunto en Santiago, que es año jacobeo, y aprovechar para regalarse una mariscada- pero al Rey eso no le afecta, que puede firmar la ley, y luego fumarse un puro, como Nacho Uriarie en la foto que acompaña estas líneas, en la seguridad que lo hace en comunión con Dios y la Santa Madre Iglesia, en el sentido más peyorativo de ambas expresiones.

Es la iglesia lameculos. La iglesia vil y servil. La iglesia, vamos.

En el sentido más peyorativo del término.