Oiga, no sea descreído. Es propio de gente de poca fe…

¡Seis años ya!

14/04/2010

Hoy es el sexto aniversario de la proclamación de la III República Española.  Para celebrarlo,  el diario Público regala a sus lectores el disco con la grabación del gran homenaje que en forma de concierto cívico recibieron los luchadores antifranquistas en Rivas Vaciamadrid, de parte de las nuevas instituciones democráticas, en justo reconocimiento a su contribución a la recuperación de la democracia, que no fue completa hasta aquel sorprendente 12 de abril de 2004.

Aún se nos empañan los ojos, y un calambre recorre nuestra espina dorsal, cuando recordamos aquella llamada. “Es la Zarzuela, es la Zarzuela”, decía Esther, nerviosa, “que dicen que quieren hablar con Pepe”. ¿A quién habríamos molestado esta vez, para que nos llamasen de tan arriba?  El alcalde no había llegado aún, y Jacinto no atinaba con los dedos, que se le habían vuelto gordos, y no podía marcar el teléfono del alcalde en su móvil. ¿Pero qué quieren?

–  Es la Zarzuela, es la Zarzuela, decía Esther, y no salía de ahí.

–  ¡Que llamen otro día, que ahora no está!, bramó José Ramón.

En estas llegó Pepe, y según vio la escena se dio cuenta de que pasaba algo extraordinario.

– Es la Zarzuela, es la Zarzuela, dijo Esther.  Quieren hablar contigo.

– Pues pásamelos, dijo Pepe, que no había tenido tiempo de perder los nervios.

Entró en el despacho, cerró la puerta, y el silencio se hizo en la antesala del alcalde.

Pasaron tres interminables minutos durante los que nadie dijo nada, hasta que, por fin, se abrió lentamente la puerta corredera  del alcalde, y salió Pepe, con expresión de sorpresa.

–  Que dicen que vaya. Ahora mismo. Era el propio Rey el que me ha pedido que vaya a la Zarzuela.

La mañana se hizo de goma, el tiempo se tornó largo desde que pocos minutos después de aquella escena saliera un taxi hacia el Palacio de la Zarzuela. Allí no trabajó nadie aquella mañana. Todo era expectación.

Sobre las  12:30 del mediodía, Jacinto, mucho más tranquilo, con esa expresión de sorna habitual en él, y la pipa apagada –nunca fumaba en su puesto de trabajo-  colgando del bigote, se presentó de nuevo en la antesala del alcalde, donde estábamos todos especulando, y nos dijo que le había llamado Pepe, que ya estaba de regreso, y que no podía decir nada por el móvil. Aún conservamos la duda de si Jacinto lo sabía ya todo en ese momento, o estaba como todos, a verlas venir.

A la media hora llegó el alcalde. Pálido, ojeroso, con la corbata al hombro.

–  Vaya embolao, dijo. Y añadió: Su Majestad ha tobilleado.

Nadie entendió nada. Se sentó. Pidió una cerveza. Era 12 de abril, y empezaba a hacer calor.

– Que dice que se va, que esto no es asunto suyo y que hay una señora en Andorra que le interesa mucho más que todo esto. Que si me encargo yo de todo.

– ¿De todo?, preguntó alguien.

– Sí, de todo, es decir, de la proclamación de la República y de la convocatoria en tres meses de elecciones constituyentes.

– Eso no es constitucional, dijo Jacinto según salía hacia su despacho para escribir decretos.

– Pues algo habrá que hacer, Jacinto, ¿o vas a tobillear tú también ahora, como Su Majestad?

El Rey le había dicho a Pepe Masa que se iba a jubilar en Andorra, donde al parecer alguien le esperaba, y que por él, lo mejor era la proclamación de la República. Que su hijo era un gañán  sometido a los antojos de una locutora anoréxica, y que eso ni era un Rey ni era nada; que qué empaque le iba a dar a la monarquía ese Felipito Tacatún. Y que si Pepe Masa estaría dispuesto a presidir un gobierno provisional de transición.

–  Oiga, Majestad, ¿y puedo poner un par de condiciones?

–  A ver, dime, alcalde… respondió campechano el Borbón,  más en Andorra que en España.

– La primera, que el Congreso me vote en el cargo que usted me propone, y la segunda, un plazo de tres meses para convocar unas elecciones constituyentes.

– A mí plim, respondió su Majestad, e hizo llamar al presidente del Gobierno, el cual, tan sorprendido como Masa asintió a todo lo que proponía el Rey, porque el Rey en realidad no proponía nada, sino que informaba de que tomaba las de Villadiego…

Y efectivamente, a las cuatro y media de la tarde, el Rey puso pies en Polvorosa, es decir, en Andorra, después de merendar pollo frío, ensalada y pringles texmex para acompañar.

Así que al día siguiente,  13 de abril, el Congreso de los Diputados, en sesión extraordinaria, votó a Pepe Masa como presidente del Gobierno provisional de transición. La sesión fue un escándalo, porque los diputados del PP no hacían más que taconear en sus escaños y escupir a los ujieres. El congreso mandató al nuevo presidente para que en un plazo de tres meses convocara elecciones constituyentes, y la sesión concluyó con José Masa y el nuevo Gobierno Provisional saliendo del Congreso de los Diputados y participando en una clamorosa explosión de júbilo callejero.

El 14 de abril tuvo lugar un pleno extraordinario en Rivas Vaciamadrid que aceptó la dimisión de Pepe Masa y eligió un nuevo alcalde. José Masa se asomó al balcón de la torre de la Plaza de la Constitución, renombrada en el propio pleno como Plaza de la República, y dirigió un sentido discurso a la gente congregada.  Aquel 14 de abril se proclamó en Rivas Vaciamadrid la III República Española…

Fueron tres meses de locos, con tres claros objetivos: combatir la política de envilecimiento de la  III República emprendida por el PP, a cuyo mando se puso de nuevo José María Aznar, elaborar una nueva ley electoral que garantizase el principio de una persona un voto, y preparar un censo de fosas comunes y enterramientos colectivos de personas asesinadas por el franquismo para devolver los restos a sus familias, y rendirles el merecido homenaje institucional, en sede parlamentaria el mismo día y en el mismo acto en que se eligiese al primer presidente de la III República Española.

El 20 de junio, dos meses después, tuvo lugar el gran concierto de reconocimiento de los luchadores contra el fascismo, que llamamos Recuperando Memoria, y  que fue un gran encuentro entre nuevos y viejos republicanos, entre amigos y amigas de la libertad que colocó de nuevo a Rivas en la capitalidad moral de la III República.

Y el 20 de julio se celebraron conjuntamente las elecciones constituyentes y las primeras elecciones presidenciales de la III República. José Masa, con el 67% de los votos venció a José María Aznar, que apenas obtuvo un 15% y anda desde entonces ladrando su rencor por las esquinas.  Y el nuevo Parlamento…

Pero eso ya es otra historia.

ADVERTENCIA.- Desgraciadamente, esta historia no está basada en hechos reales, aunque esperamos que algún día se proclame, en Rivas o en Eibar, la III República Española. De momento, sólo ha ocurrido en la imaginación de Tania y Ricardo…

NOTA.- Sergio García también recuerda estos días, y luego están todos estos mendas y mendos no se enteraron hace seis años de lo que pasó en Rivas, y ahora van por ahí diciendo no sé qué cosas sobre que esta noche se ha proclamado la república o no sé qué. Beben mucho en la izquierda, creo: Àngels, Hugo Martínez Abarca, Domingo Benito, Javier Mesonero, Antonio Rodríguez, Victor Casco Ruiz, Fernando Jiménez, Kabila, Pedro Mellado , José Vicente Verdú , Los pies en la calle, Viramundeando,  Roberto Cacho, T0ni Barberá,  Imagina,  Nerea Gálvez, Alvic, Jesús Santos Corral,  Eowyn de Camelot, Ventanas de Falcón, Pedro Mellado, Viul y ceronegativo.