¿Les he dicho ya que me cago en la reina de Dinamarca, y con un ánimus iniuriandi del copón bendito?

Contra el fraude electoral

13/10/2010

Esta semana, los padres y las madres de la patria, esos padres y madres de los que tánto nos avergonzamos los verdaderos patriotas, especialmente desde que el abuelo José Antonio no es uno de ellos, van a dar un vergonzante punto final a los trabajos -por ser generoso y evitar los gruesos términos que me chorrean de los dedos hacia el pobre teclado- de reforma de la Ley Electoral. Unos trabajos de reforma que se pusieron en marcha como consecuencia de la sangrante situación en que quedan algunos partidos políticos que tienen un número relativamente perqueño -pero importante- de votos, pero repartidos por las circunscripciones, frente a aquellos otros que, o bien tienen muy pocos votos, pero concentrados en algunas circunscripciones, o bien tienen tantos votos que acaparan los escasos escaños que tiene cada circunscripción, deben contar menos sufragios para obtener representantes. El caso es que, en términos globales, a unos partidos el escaño le sale a 60.000 votos, mientras que a otros les sale a 500.000.

Oficialmente, la subcomisión parlamentaria para estudiar la reforma electoral se puso a trabajar para corregir estos problemas de representatividad, salvaguardando como es lógico otros intereses y derechos, como la representación de las circunscripciones de cuya existencia nadie duda, al menos nadie razonable, o la corrección de la hiperrepresentación de los dos grandes partidos, que son los grandes beneficiados del sistema de reparto actual, y no los nacionalistas, como se quiere hacer ver con argumentos demagógicos como los que usa UPyD: son PSOE y sobre todo PP los partidos que tienen más representación de la que les corresponde, mientras que y  PNV, CiU, BNG, Cha, NaBai, tienen una representación que es casi calcada del procentaje de voto, y los grandes perjudicados son IU -también enormemente perjudiacada por sí misma, dicho sea de paso- y UPyD, que tienen su voto mucho más disperso por el suelo patrio.

Es paradógico y sangrante que la subcomisión cierre sus trabajos con una serie de propuestas de reforma de la ley electoral que finalmente no van a corregir este vicio de representación, sino que van abundar en ella, como es sangrante que una de las propuestas de reforma que va a salir, sólo con apoyo de PP y PSOE, es la introducción del derecho de veto ideológico, pudiendo desde poderes del estado anular candidaturas y candidatos antes o después de los comicios por motivos ideológicos. Es una vuelta de tuerca en la «canovasización» -permítaseme la expresión- de nuestra atribulada y falsa democracia.

Por estos motivos apoyo la propuesta de reforma electoral que hacen IU y UPyD. La apoyo, aunque me parece, ya lo he dicho en otras ocasiones, hipócrita e insuficiente. UPyD no cree en otra democracia que la que tenemos, y si fuera uno de los partidos mayoritarios, no propondría esta reforma, sino que la combatiría. IU ya tuvo 21 diputados -que podían haber sido entre 60 y 70 con un sistema similar, por ejemplo al alemán, país que tanto se usa como ejemplo para otras cosas-, y de reforma electoral no se dijo nunca nada. Pero IU cree, o eso dice en sus papeles, en la profundización de la democracia y en la democracia participativa. Por eso, extraña que su propuesta de reforma se refiera sólo a lo relativo al recuento electoral, y no a medidas de acercamiento de los representantes a los representados, a  apertura de listas, o a la devolución de la soberanía a quien debe tenerla que es la gente, en lugar de las ejecutivas de los partidos que tienen representación institucional.

No les lío más a ustedes. Simplemente les pido que apoyen la campaña que diferentes blogs han puesto en marcha para pedir a los diputados de la subcomisión de reforma electoral de la Comisión Constitucional que reconsideren sus propuestas y corrijan un sistema electoral que es a todas luces antidemocrático y claramente fraudulento.

Si apoyan la propuesta firmando aquí, mandarán el siguiente texto a los diputados y diputadas de la subcomisión:
Señorías:

Me dirijo a ustedes con el fin de hacerles patente mi preocupación por algo que por enésima vez, han rechazado en el Congreso.

Al parecer, esta semana van a aprobar cambios sobre la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985), modificaciones a las que no niego su importancia, pero que, sin embargo, olvidan lo que debería acercarnos a un principio democrático por excelencia, el de: “una persona, un voto”.

Aproximarse a ese principio debería ser para ustedes –representantes del pueblo— una obligación ética, si es que, como supongo, creen ustedes en la democracia.

El hecho de que quieran mantener la falta de proporcionalidad y las disfunciones en la asignación de escaños a los distintos grupos políticos que se presentan a las elecciones, no dice mucho en su favor y sí de sus propios intereses partidistas, creando desconfianza en la opinión pública que, como ustedes saben, no tienen a la clase política, precisamente, muy bien valorada.

¿Cómo se puede entender que se mantenga esa falsa proporcionalidad que hace que algunos partidos políticos necesiten unos 66.000 votos para obtener un diputado y otro (el caso extremo de IU/ICV) necesite casi 500.000? ¿Acaso les parece democrática una ley que hace que un voto de unos partidos valga siete veces más de lo que vale el voto de otro?

Como ustedes bien saben, lo ideal para corregir este defecto sería cambiar la circunscripción electoral, pero ésta está recogida en la Constitución y no parece que ustedes estén dispuestos a cambiarla. Sin embargo, hay otras fórmulas que permiten, si no una proporcionalidad total, que haya una aproximación mucho mayor sin modificar la Constitución. De hecho una de las fórmulas sería la que, a petición del gobierno, ha sugerido el Consejo de Estado. Recomendación que ustedes han rechazado.

No es lícito que quien tiene el derecho de defender los principios democráticos elementales se opongan a que la proporcionalidad de “una persona, un voto” se pueda conseguir. No hay ninguna razón, salvo la de sus intereses partidistas para que no se acepte la reforma que ha aconsejado el Consejo de Estado. Así es que todavía están a tiempo, Basta que se pongan de acuerdo y sean capaces de anteponer una representación justa a sus propios intereses.

Si lo hacen, como ciudadanía nos daremos cuenta de que cumplen con su obligación. Porque, señorías, para que sean democráticos los acuerdos que ustedes toman, lo primero que debería ocurrir, es que la representación de la voluntad popular fuera lo más fiel posible a los votos que emite. Hoy no es así. En sus manos queda rectificar algo que parece tan obvio.
Muchas gracias, buenas noches, y buena suerte.

Han publicado esta carta también mi querido maestro don Rafael García Almazán (y con este sentido reconocimiento no se si le ayudo y le condeno) y, de momento, los siguientes blogueros: Ventanas de Falcón, La Terca Utopía, Arraio Sound, Henar Moreno, Soto en Cameros, Desde la Cantera, Moscas en la sopa. Enrique Vicente, Punts de Vist, Enchufe, La Rueda del Tiempo,  Ciberculturalia, Viramundeando, Noeraaixo, Tiburón blanco, Hacia el Sudoeste, Lagos de Pokara, El Sr. M, Deportado en Siberia, Quien mucho abarca, Agua Va!!, Ceronegativo, Músico Poeta y Loco, Cuando murió el vino, Iñaki Escudero.