La clase media no existe. Sólo es un estado de ánimo inducido.

Dos ideas peregrinas

22/07/2012

Quiero poner en conocimiento de ustedes una idea que me trasladó un amigo mío. No les digo quién;  si quiere identificarse, que lo haga, pero les adelanto que es uno de ustedes. (Ya lo ha hecho, y en su blog explica su propuesta). Mi amigo me planteó una idea que a mí me parece un tanto peregrina, dicho sea de paso, para salir al menos de la crisis política en que nos encontramos, y para intentar encauzar una salida ala crisis financiera. Ya les digo que me parece peregrina la idea, pero como mi desenfoque político es creciente, y mi desorientación no tiene limites, lo mismo es cosa mía, y la idea es buena. Por eso, quiero explicársela a ustedes, a ver qué les parece. Les aviso que voy poniendo numeritos, que esos numeritos son mis objeciones al plan. Las explico al final de la entrada.

Sostiene mi amigo que hay que asumir que estamos en una situación de excepción, al borde de la bancarrota y de una perdida de soberanía que podría dar al traste definitivamente con la democracia (1). Sostiene también mi amigo que en realidad, lo que se le está pidiendo a España no es que lleve a cabo los recortes concretos que está haciendo, sino que disminuya el gasto y aumente el ingreso, y que recortar en servicios públicos o subir el IVA son interpretaciones concretas que está haciendo el gobierno, pero que hay otras opciones (2). Por estas razones, plantea que es necesario arrebatarle al Partido Popular la mayoría parlamentaria, para lo cual sería precisa una coalición política de la tres fuerzas políticas de implantación en toda España que han manifestado en el Congreso de los Diputados su oposición (3) a la ejecución de las medidas de austeridad, con un programa de mínimos en el que las tres coincidieran: restaurar la situación fiscal y los servicios que tenía el estado del bienestar antes de que todo esto comenzara (4). Este acuerdo seria de PSOE, UPyD e IU, y tendría un condiciona miento previo: el reparto de candidaturas se haría de manera que ninguno de los tres partidos pudiera por su cuenta pactar posteriormente con el PP un gobierno de concentración, y vetando como cabeza de lista a cualquier persona que haya participado en los gobiernos socialistas anteriores.

Creo haber explicado bien la cosa. Si no es así, que el autor de la idea me lo demande o lo explique con mejor criterio. Mis objeciones son las siguientes:

1- Creo, sinceramente, que realmente no hay ningún peligro de que se pueda dar al traste con la democracia en España. Eso ya ha ocurrido. Sin necesidad de remontarnos al pecado original de la Constitución de 1978 -que, como tengo dicho, no fue más que una retirada estratégica y puntual de las clases dominantes para coger impulso- basta fijarnos en la facilidad con la que se hizo una reforma injusta e indeseada de la Constitución, pactada por PP y PSOE bajo imposición de potencias extranjeras con intereses económicos en España, para darnos cuenta de que lo que la Constitución de 1978 tuviera de positivo estaba muerto, y además de que con esa constitución vigente, se pueden hacer reformas económicas que condenan a la pobreza a millones de ciudadanos y ciudadanas, sin necesidad de hacerles pasar dichas reformas por ningún mecanismo de control democrático, mas que formalmente y como mero trámite. La Constitución de 1978 es parte del problema, y en su seno no vamos a encontrar la solución.

2.- A lo mejor es que mi amigo y yo leemos cosas distintas, pero la exigencia de subir el IVA y privatizar o desmantelar servicios que paga el estado no sólo son exigencias que ha puesto sobre la mesa la troika, sino que además están en consonancia con lo que se ha hecho en otros países, después de liquidar y hacer desaparecer en la práctica cualquier sistema impositivo justo. Medidas como aumentar la fiscalidad de las SICAVs o el llamado impuesto a las grandes fortunas -e incluso una política seria de persecución del fraude fiscal- son sencillamente imposibles e inviables mas allá de la declaración de intenciones si no van acompañadas de cambios constitucionales y legales que ponga límites a una de las vacas sagradas del neoliberalismo que gobierna Europa: la libre circulación de capitales. Si derechos esenciales como la vivienda, la educación o la sanidad tienen límites, no hay razón por la que otros como la propiedad privada o la libre circulación de capitales carezcan de ellos. Es sencillo: si reformar la constitución es tan fácil como nos demostraron hace un par de años PSOE y PP, refórmese de nuevo para blindar los derechos sociales, la capacidad de recaudar del estado y el patrimonio público.

3.- No creo que sea sincera la oposición del PSOE a las medidas de austeridad. La socialdemocracia, no sólo en España, sino en el conjunto de Europa es ya una fuerza política liberal que no cuestiona lo básico del entramado social y económico injusto de la UE. En España hemos visto como el PSOE, por ese sentido absurdo que tienen de la responsabilidad mal entendida, fue el partido que inició las cesiones antes las imposiciones antidemocráticas que venían de Berlín y Bruselas, fue el partido que pactó con el PP la reforma constitucional que hace inviables las políticas sociales, y fue el partido que llevó a cabo los primeros recortes concretos. Además, el PSOE es un partido en el que no se puede confiar ala hora de hacer alianzas. El PP lo sabe bien, que cumplió suparte del pacto de la reforma constitucional votándola en el Congreso, y aún está esperando a que el PSOE vote la Ley Orgánica que la desarrolla. No la apoyaron porque ya en la oposición, tocaba intentar hacerse pasar por rojos, que es lo que están haciendo ahora. No digo yo que nunca se pueda pactar nada con el PSOE, digo que al PSOE le hace falta una purga de las que salen en los libros de historia, para que sea posible fiarse de ellos de nuevo. Les salvan, exclusivamente, sus bases, y muchos y muchas tenemos las esperanzas puestas en esas bases.

4.- Por las razones señaladas en el punto 1, creo que con el actual marco constitucional -hecho y rehecho a medida de las clases dominantes- y con la actual relación con la Unión Europea, en la que los países llamados cerdos -tal es el desprecio que ni se disimula en el lenguaje- estamos solos ante las imposiciones políticas de la derecha alemana es inviable cualquier política alternativa.

Por estas razones, creo que la idea de mi amigo es peregrina y suicida. Creo que en este momento, arrebatar el poder al Partido Popular mediante un proceso electoral convencional conducirá a una de estas dos salidas: o la presión puede a la nueva mayoría parlamentaria, y acaba ejecutando las políticas de la troika, o en caso contrario, una desestabilización institucional provocada desde las derechas españolas y europeas, de conclusión tan peligrosa como imprevisible. Por eso, mi posición es que hay que seguir con la respuesta en la calle, aprovechar los nuevos golpes que van a venir necesariamente para seguir organizando la resistencia, una resistencia tendente a desestabilizar al gobierno y hacerlo inviable, tratando de atraer a esas posiciones a mayores sectores sociales, a los partidos politicos de la izquierda y a organizaciones sindicales y sociales de todo tipo. Todo ello con los siguientes objetivos:

a) dotarnos de una organización política de carácter amplio en la que participen, sin dirigismos ni tutelas, todas las fuerzas políticas que lo deseen. Esta organización debe dar cobertura institucional a la acción ciudadana en la calle y poner inmediatamente en marcha la elaboración de la alternativa;

b) preparar un programa político y económico alternativo a  la austeridad, que incluya como mínimo la recuperación de lo servicios sociales perdidos en los últimos años y un sistema fiscal justo con que financiarlos.

c) una o varias reformas constitucionales que de hecho conviertan al estado Español en un auténtico estado social y democrático de derecho, limitando el poder de intervención política de los mercados y los grandes capitales y adaptando la democracia a criterios de mayor participación  y transparencia.

4) una vez que haya una organización política de carácter amplio que pueda amparar todo este proceso en el campo institucional, deberían buscarse alianzas estratégicas en los países del sur e Irlanda, para construir un nuevo modelo europeo que presente alternativas al que se nos está imponiendo desde Alemania.

Pues aquí las tienen ustedes: dos ideas peregrinas enfrentadas…