Los que no tienen ideología tienen ideología

Discursos y discursos

07/08/2012

Hay discursos y discursos.

A algunos les pesa lo de ser de izquierdas, y por eso teorizan cosas extrañas sobre superación de izquierda y derecha, clases medias y cosas así, y los que buscan en realidad es tranquilizar sus conciencias y entregarse cómodamente sin pagar precio moral y político. Otros, en cambio explican perfectamente por qué el discurso importante es en realidad el de la unidad. Pero no el de la unidad táctica de fuerzas políticas de cara a un proceso electoral, sino la unidad estratégica de todos los sectores sociales afectados por la crisis y por el desmantelamiento del estado del bienestar, fenómenos ambos que en realidad son un proceso de reparto de la riqueza sobre la base de la ruptura, por parte de las clases dominantes, del pacto social que en Europa tuvo lugar tras la II Guerra Mundial, y gracias a la presencia y a la presión de la URSS.

Estos discursos de los que hablo no ignoran fenómenos que me parecen esenciales como la autodeslegitimación del régimen del 78, incluyendo a los partidos que han participado de él, a derecha y a izquierda -aunque no todos con la misma responsabilidad, evidentemente-, la imposibilidad de la vuelta a los «años de la opulencia» por la insostenibilidad social y ambiental de dicha opulencia o la necesidad de buscar formas de desarrollo compatibles con el reparto de la riqueza.

Se trata de discursos que deben sostenerse no sólo en la argumentación, sino también en la credibilidad, para lo cual deben tener una aplicación práctica actual y no sólo futura; deben ser discursos que planteen que el cambio no solo es institucional, sino también social, y por lo tanto no hay que esperar a la toma del poder para realizarlos, pero, por eso mismo, deben ser discursos que no renuncien ni a la lucha institucional, ni a la toma del poder.

Este tipo de discursos son los que le hacen falta a la mayoria social española y europea, al margen de que se presenten o no como de izquierdas. Por eso, me ha parecido extremadamente interesante esta serie de entradas en el blog de don Juan Peña. Léanlos, y comprobaran que en la izquierda española no todo son perillas casposas. Que también hay ideas nuevas y actuales. Y de las buenas.