¿Ustedes creen que a Benita le darán garrote, como ha dicho doña Eulalia? Esto es un sínvivir, qué impresionado estoy…

Soy simpatizante de IU… y de Podemos, y de EQUO...

24/11/2014

 

Durante dos décadas, he militado en Izquierda Unida, y en lo que ahora considero como un gran error político, abandoné la formación hace tres o cuatro años y me fui a fundar Equo. Jamás, desde que me fui, dejé de simpatizar con IU, y después de irme de Equo, sigo simpatizando con la formación ecosocialista. La aparición de Podemos me ha convertido en alguien más simpático, si cabe, porque también simpatizo con Podemos. Y mucho.

Izquierda Unida y Podemos, y en menor medida Equo, representan para mí la posibilidad de aplicar un programa de cambio político desde la izquierda. Tienen programas e idearios -especialmente IU y Podemos- no sólo compatibles, sino complementarios entre sí, y comparten la base social. Por eso, considero que no concurrir juntos a las elecciones autonómicas y municipales, pero también a las generales, en el formato que consideren oportuno sus bases, supone desaprovechar la oportunidad histórica que la autodisolución del régimen del 78 pone ante nosotros de aplicar un programa de izquierdas y transformador.

Yo he votado en todos los procesos de primarias de Equo. Equo, desde su fundación, hizo primarias abiertas para elegir a sus candidaturas electorales. Ni se planteó impedir a nadie que se inscribiera para votar por su militancia en otra fuerza política. Por eso eran primarias abiertas. Posteriormente, Podemos ha convocado dos grandes procesos de primarias abiertas. Tampoco se ha impedido a nadie que se inscribiera para votar, en función de su posible militancia en otra fuerza política. Yo he votado en todos los procesos de primarias de Podemos.

Ahora, por fin, Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid, ha convocado elecciones primarias abiertas para elegir a sus cabezas de lista al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid. Como hace años que no pertenezco a IU, me he dado de alta para votar en dichas primarias. Al parecer, otras 8.000 personas se han dado de alta como simpatizantes con la misma intención que yo, lo cual debería ser interpretado por la dirección de IUCM como un éxito notable, ya que tienen un censo de 5.000 militantes. Sin embargo, en lugar de considerarlo un éxito, en lugar de valorar positivamente que la gente de izquierda haya querido responder a la llamada que hacen para votar en la elección de sus cabezas de lista, la dirección de IUCM ha respondido con histeria, y con ataques e insultos a buena parte de esas personas que nos hemos inscrito para votar en las primarias. Al parecer, si no les garantizamos fidelidad en el pasado y en el futuro, no somos bienvenidos, y andan diciendo que muchos de nosotros somos simpatizantes de Podemos, que lo que queremos es parasitar su organización.

No sé qué motivos tendrán otros simpatizantes para haberse dado de alta en las primarias de IUCM. Yo quiero intentar garantizar que, cuando llegue el momento de las elecciones, tenga ante mí candidaturas votables. Por eso, voté en las primarias europeas de Equo y de Podemos, y por eso, votaré, si no me lo impiden, en las de IUCM. Cuando voté en las primarias de Equo y de Podemos, lo hice sabiendo que, probablemente no les votaría finalmente en las europeas, porque, aunque voté IU, en el momento de las primarias no lo tenía aún decidido. A diferencia de lo que hace ahora la dirección de IUCM con los simpatizantes, en aquel momento, ni Equo ni Podemos me preguntaron si iba a votarles finalmente, ni me hicieron advertencias de ningún tipo sobre mi posible militancia en otras fuerzas políticas. Es algo parecido a lo que me ocurre actualmente: voy a intentar votar en las primarias de IUCM, pero con la esperanza de que finalmente no necesite votar a IUCM, porque lo que se presente a mi elección sean candidaturas unitarias (ahora se dice de unidad popular). Y esto último, por supuesto, y aunque no le guste a la dirección de IUCM, también es una de las razones por las que quiero votar en las primarias de IU: influir todo lo posible para que las candidaturas elegidas sean las que realmente creen en la unidad popular, y no las que buscan acuerdos de mesa camilla entre direcciones de partidos.