El problema de no mancharse las manos con sangre ajena es que alguien se las manche con la nuestra.

Holocaustos (sobre quiénes pagan la crisis)

16/02/2012

Sigo. En un documental medio francés titulado “Apocalipsis”, que consta de varios episodios, se ofrecían unas imágenes terribles en los que unos prisioneros –probablemente judíos—de la zona llamada por entonces el Gobierno General eran urgidos por sus captores alemanes a bajar de los camiones donde fueron transportados, con una pala en la mano para cavar sus propias fosas antes de la ejecución. En un momento de la espantosa filmación, uno de ellos mira a cámara, aterrado, inerme, mientras sigue corriendo hacia su destino. Ninguno de esos hombres, que corría hacia su final, utilizó su pala como arma contra sus captores. Ninguno de ellos aceleró el fin luchando, seguramente sin armas mentales ni anímicas que les permitieran siquiera pensar en lo que estaba ocurriendo. Quizá se hallaban en una especie de narcosis, de negación de lo que estaba ocurriendo, desprendidos de sí mismos y del gobierno de su yo.
Esto me lo van leyendo. Y si eso comentan allí.